Aunque no lo parezca, saber cuál es la mejor leña para la chimenea es un factor determinante para la calidad de la llama.
También influye en lo acogedor y cálido que puedas tener el espacio donde se encienda.
Por ello, en este post te mostraremos qué tipo de leña es la mejor para una chimenea.
Además, te daremos algunos consejos sencillos que al aplicarlos permitirán obtener los mejores resultados y el mejor ambiente posible.
¿Qué tipo de leña se utiliza para una chimenea?
Los tipos de leña que se utilizan para las chimeneas son tan variados que decidirse por el ideal puede ser difícil.
Sin embargo, sí se pueden clasificar en al menos dos categorías: madera blanda y dura.
La elección de cuál es mejor irá en función del uso que le quieras dar.
Maderas blandas
En caso de que se necesite encender con rapidez la chimenea, las maderas blandas son las ideales.
Ya que el nivel de combustible de estas por lo general es mucho más alto, lo que a su vez facilita la combustión.
Dentro de otras de sus características relevantes se puede mencionar el hecho de que generan menos calor.
Además, se suele consumir mucho más rápido en comparación con otras maderas, como las duras.
Por lo que resultan útiles sólo si se desea mantener el fuego por cortos periodos de tiempo.
Maderas duras
La duración de la combustión de las leñas duras es sin lugar a duda uno de sus puntos fuertes.
Por ello las personas las prefieren en especial si desean mantener un espacio caliente durante un tiempo mucho más prolongado.
Ya sea en las temporadas frías del año o simplemente como decoración de un espacio.
Debido a sus características, este tipo de leña resulta ideal para calentar espacios grandes durante muchas horas.
Como es de esperar, las brasas perduran por mucho más tiempo, lo cual genera temperaturas mucho más agradables.
¿Qué especies de árboles son mejores para la leña de una chimenea?
A continuación, describiremos de forma sencilla algunas especies de árboles que resultan ideales para usar en una chimenea sin importar el tipo que sea:
Abedul
Es una leña resistente pero que entra en la categoría de tipo blanda.
Lo que significa que se enciende con mucha más facilidad, pero su llama no es tan viva ni se mantiene durante muchas horas.
Cedro
El cedro es un tipo de leña perfecta para almacenar para las chimeneas, ya que no se pudre con facilidad.
Además, genera suficiente calor como para mantener espacios con temperaturas agradables.
Encina
La leña de encina tiene un nivel de densidad alto, de hecho, es conocida como una de las más duras y robustas que se pueden conseguir.
Sus brasas son duraderas, aunque no generan llamas tan altas.
Eucalipto
Sus aceites incrementan bastante los niveles de combustibilidad de este tipo de leña.
Debido a que tiene mucha resina, sus llamas son altas, lo cual a su vez genera residuos.
Fresno
La leña de fresno libera muy poco humo, lo que es perfecto en caso de que la chimenea esté en un espacio cerrado.
Además, es muy fácil de encender.
Nogal
La leña de nogal es resistente, un poco difícil de encender pero -una vez encendida- sus llamas se mantienen, así como el calor que generan sus brasas.
Olivo
La duración de las brasas del olivo es larga, por lo que resulta perfecta para una chimenea, ya que no solo sirve para calentar sino que también genera llamas altas y vivas.
Pino
Este tipo de leña se enciende con mucha más facilidad.
Se caracteriza por generar altas llamas.
En caso de que se quiera aprovechar al máximo sus niveles de combustible durante mucho tiempo, será necesario añadir de forma constante leña a la chimenea.
Leña de roble
La eficiencia energética del roble es de las mejores para una chimenea, en especial si se necesita que el fuego esté encendido durante varias horas.
El único inconveniente es que puede tardar un poco en encender al ser más robusta.
Pero una vez que enciende te aseguras de tener calor para rato.
Consejos para elegir la mejor leña para tu chimenea
Ante tanta variedad de madera para la chimenea, elegir la mejor leña puede ser todo un reto.
Sin embargo, con los siguientes consejos puede ser bastante sencillo:
Ten en cuenta el tipo de chimenea
Existen al menos dos tipos de chimenea, abierta y cerrada.
Para las abiertas es mejor usar leña que sea duradera y de brasas que se mantengan.
Ya que al ser abierta el calor se pierde mucho más rápido, lo que se contrarresta cuando la madera genera buenas llamas y perdura porque arde lentamente.
En caso de tener una chimenea cerrada, escoger el tipo de leña es mucho más sencillo: puede ser dura o blanda, ya que en ambos casos se conserva mucho mejor el calor y las llamas.
Mezcla ambos tipos de leña
Dependiendo del tipo de leña que sea, puede ser una buena opción mezclar al menos dos de ellas.
Serían algunas de tipo blanda para que arda con más facilidad y complementar con algunos pedazos de leña dura, para que el fuego se mantenga por más tiempo.
La mejor leña se obtiene en invierno
La leña con humedad es un problema ya que al entrar en contacto con el fuego este empieza a secar el agua, lo que a su vez genera humo.
Por este motivo lo mejor es cortarla en invierno, ya que en estos meses la savia y la humedad se reducen casi por completo.
Considera el uso que deseas darle a la chimenea
Este factor es importante porque de él depende el tipo de leña que necesites usar.
En caso de que sea para encender la chimenea durante poco tiempo, se puede usar leña blanda.
Pero si es para calentar un espacio grande por un largo periodo de tiempo, lo mejor es conseguir leña dura.
En Carbón Juan recomendamos sin dudarlo la leña de roble por el poder calorífico que ofrece y la larga duración de las brasas.
Te la enviamos seca y cortada a medida para que te resulte más fácil de almacenar.
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